Entrevista a Julio Iammarino.
«Ser jóvenes y pobres en las afueras de Buenos Aires es suficiente para justificar la represión policial»
Por Sabatino Annecchiarico
Seiscientas personas, ex enfermos de lepra, dan vida a pocos kilómetros de Buenos Aires a un barrio autónomo y singular, con sus clases sociales interna, escuelas, bares, negocios y por supuesto un hospital: el Nacional Baldomero Sommer, que presta su nombre al documentario de Julio Iammarino.
¿ Cómo es ese "singular" barrio que dio origen a su documental?
Es un barrio que está incorporado dentro del mismo Hospital Nacional Baldomero Sommer en un terreno de unas 250 hectáreas. En él viven ex enfermos de lepra con sus familias, casi 600 personas en total que constituyes ese barrio. Es un pueblo autónomo ubicado en la municipalidad de General Rodríguez, a pocos kilómetros de la capital Buenos Aires. Con los años la gente enferma de lepra se fue construyendo sus propias casas en el terreno del hospital donde poder vivir. Una elección debida a la imposibilidad de relacionarse con el resto del país. En el mismo la gente trabaja en los más variados quehaceres de cualquier sociedad para atender su bar, su escuela primaria y jardín de infantes, su negocio, lavanderías, jardineros, y administrativos del mismo hospital. También están las enfermaras y enfermeros, ex enfermos que hoy hacen este trabajo asistiendo a muchos otros pacientes, ya no de lepra, pues el hospital se extendió a otra patologías.
¿Cómo se financian estos trabajos?
El Estado financia con una "jubilación social" para los ex enfermos que se suman al sueldo que ellos ganan trabajando además de no pagar impuestos y de recibir la comida gratuitamente.
¿Cómo viven los niños que nacen dentro esta sociedad?
Los niños que hoy nacen dentro este barrio siguen una vida como todos los otros niños ya que existe un jardín de infantes y una escuela primaria. El problema era en los años pasados, donde nacían niños en forma clandestina. En aquellos tiempos no se les permitía que se juntaran hombres con mujeres: estaban separados por un alambrado. La realidad, arrastrada por el instinto natural de la vida y la fragilidad de alambrado, hacia que los niños nacieran igual. Ellos, apenas nacidos, automáticamente se los separaban por la fuerza de sus madres y llevaba a colonias de huérfanos gestionado por el mismo del Estado. Allí crecían en un total abandono social. Hoy no es así. Estos niños crecen en un hogar y con sus familias y esto lo muestro en el documetal.
¿Pero que sucede cuando estos niños llegan a la mayoría de edad?
No existe ninguna prohibición para el que se querrá ir, si lo desea. Pero aquí se genera un fuerte dilema: quedarse no ven futuro, irse tampoco. Pero ellos saben que en el barrio alguna seguridad mayor la tienen: la casa, la comida y siempre el hospital. Afuera esas condiciones no les pertenece y la miseria será aun mayor. Además se agrega la inseguridad y la violencia que reciben por parte de la misma policía o por simples asaltos. Se sabe que uno de los problemas mayores en el gran Buenos Aires la represión policial con su "gatillo fácil" es de gran actualidad. Especialmente con los jóvenes y pobres. El joven que vive en un barrio pobre en las afueras de la Capital Federal se los condena a la marginación, a la miseria y a la represión policial. Una represión, política, prevista por el mismo sistema como control social.
Volvamos a su documental: ¿Ya se vio en Buenos Aires?
Fue estrenado en le DOC de Buenos Aires , que es un concurso de proyectos escritos con una selección previa. En ese contexto es que fue aceptado y proyectado con una buena participación del público incluido algunos de los vecinos de barrio del hospital que participaron en la elaboración de la película.
¿Tuvo problemas para realizarlo?
Ninguno y fue realizado en casi dos años de rodaje y un de montaje con un financiamiento propio y ayuda de amigos. El montaje fue hecho en mi casa con equipos prestados. La mayor dificultad hoy la está en encontrar las salas donde proyectarlo y hacer conocer esta realidad argentina.
