ENTREVISTAS
"Creo en el buen cine y en la
credibilidad de los personajes"
Henrique de Freitas
director de Concerto campestre
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El cineasta Henrique de Freitas Lima
(Brasil, 1959) es originario de Rio Grande do Sul, una tierra caracterizada por una fuerte
migración de italianos y alemanes. Hoy por hoy es la "frontera viva de América
Latina". Freitas, abogado de profesión, ha estudiado Historia y Filosofía y ha sido
el fundador y primer presidente de la Asociación Profesional de Técnicos
Cinematográficos del Estado (1985-1986). Ha desembarcado en Trieste con su último
proyecto, Concierto Campestre, una historia que transcurre en 1860 y en la cual, un
terrateniente se enamora de la música clásica y decide formar su propia orquesta de
cámara. Concerto Campestre se presenta este jueves en concurso en la XVIII
edición del Festival del Cinema Latinoamericano de Trieste. Se trata de una gran
producción realizada en cuatro años con un presupuesto de $1,5 millones.
El director esplica así el contexto que
originó el proyecto. "En la pampa brasileña, la principal actividad es el ganado;
sin embargo, el salto económico lo dieron los saladeros, que inventaron secar la carne
para su conservación y esto se convirtió en un alimento básico para los esclavos.
Entonces, en el sur de Brasil surgieron las "charqueadas", fábricas
donde se salaba la carne. Esta fue una actividad que duró 150 años, generó mucha
riqueza y promovió una fuerte relación cultural con Europa".
¿Es una historia original?
No. Es la adaptación de una novela Concierto Campestre del autor español Luiz
Antonio de Asis Brasil. Trata la historia de un terrateniete dueño de esclavos y
transcurre en 1860 y es a su vez, un retrato del auge económico de aquella época. El
terrateniente es una persona muy ignorante, el cual un día paseando por el campo escucha
música clásica y descubre que los intérpretes son dos indígenas guaraníes. Se los
lleva a su hacienda y luego se les unen otros mendigos virtuosos de la música. Entonces,
el patrón contrata un maestro y forma su propia orquesta.
¿Qué lo llevó a elegir esta historia?
Para mi el cine es contar historias. Quise contar cómo en un ambiente tan duro se podía
desarrollar una actividad cultural.
¿Considera que el filme hace alguna
referencia a la realidad actual brasileña?
El cine en América Latina está preocupado por la exclusión social. Un ejemplo de ello
es Central de Brasil y filmes de este tipo despiertan gran interés en mi país,
pero sobre todo en el extranjero. En cambio, Concierto Campestre es diferente, es
una película clásica, una historia romántica, que al final resultó casi una opereta.
¿En qué medida lo ha influenciado el
ser originario de Porto Alegre?
Lo que más me llama la atención es hacer buen cine y que los personajes sean creíbles.
Esta es una manera de romper los estereotipos que hay entorno a Brasil, pues el cine
brasileño habla mucho de la violencia y la favelas. Yo lo respeto, pero no es mi norte.
Me interesa redescubir las raíces de mi tierra.
¿De qué trata su nuevo proyecto?
Se llama Hermanos y es la forma pícara que usan los brasileños para llamar a los
argentinos. Antes de la crisis en Argentina, su economía era más fuerte que la nuestra.
Antes, cuando un argentino viabaja a Brasil, preguntaba ¿cuánto cuesta un café? Y el
argentino, decía, entonces dame dos. Los argentinos y los brasileños nos amamos, pero
somos enemigos en el fútbol. Mi nueva película cuenta la historia de dos hermanos
argentinos que viajan a Brasil y allí se descubren a si mismos.
¿Cuàl es a su juicio el nivel del cine
lationamericano?
La calidad es buena y existen técnicos muy capaces. En Argentina hay una gran tradición
cinematrográfica y yo, por ejemplo trabajo con argentinos y chilenos.
¿Cómo es la vida cotidiana en Porto
Alegre?
Porto Alegre es una ciudad de un millón de habitantes. Existe una gran movida cultural y
cuenta con 60 cines y muchos teatros. El hecho de estar lejos de San Pablo hace que su
gente tenga una fuerte identidad. En Porto Alegre también hay pobreza, pero menos que en
el resto de Brasil y la gente puede pagar por tener acceso a la cultura.
¿Qué aportes ha dado el nuevo gobierno
brasileño al cine?
Tenemos grandes esperanzas en el gobierno de Lula, pues ha creado leyes que incentivan la
producción de cine. Lula puede recuperar la función que anteriormente tenía el Estado,
es decir apoyar la cultura, dar espacio a la producción independiente y acercar el cine a
la televisión, pues en Brasil con la pantalla chica se puede llegar a 20 millones de
personas.
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